Aspiramos a que nuestra iglesia mantenga la proclamación del Reino de Dios que trae amor, justicia y gozo de Dios sobre individuos, familias y comunidades, y promover así una sociedad saludable, orientada por sus principios éticos cristianos, donde la vida y la espiritualidad de las personas se corresponda con el desarrollo de la sociedad.
Pastoralmente estaremos enfrascados en aumentar nuestra presencia entre el pueblo para conocer y apoyarle en sus preocupaciones y necesidades, así como demostrarle con palabra y obra que el Evangelio es la respuesta y que Jesucristo es el camino en Él hay esperanza.
Como Iglesia histórica tenemos una herencia que preservar, sin que esto constituya un impedimento para nuestro progreso. Es bueno avanzar, pero sin perder la perspectiva de quiénes somos y sin olvidar la tradición Wesleyana que nos hace mantener el equilibrio, enfatizado en nuestro cuadrilátero: Biblia, razón, tradición y experiencia.